Desarrollo mi trabajo con herramientas digitales. La producción de las obras de arte se lleva a cabo entre píxeles. Esta forma de trabajo me proporciona el poder de transgredir los límites visuales de las técnicas enmarcadas en el mundo real.
La fase de creación es desarrollada con píxeles pero conectada con el mundo real. El destino de las obras que desarrollo en la pantalla está presente en cada decisión: desde el encaje visual y conceptual en el espacio arquitectónico hasta la armonización con el diseño de interiores, pero, sobre todo, la experiencia que el visitante percibirá al descubrir el arte en el contexto físico.
El arte creado en forma de archivos digitales es materializado en los espacios a partir de su impresión de alta calidad sobre materiales diversos: piedra, cristal, madera, textil, plástico, metal, papel, vinilo, canvas y casi cualquier superficie imaginable. Mis creaciones no se limitan a los tradicionales formatos que se han usado hasta ahora, como wallpapers, murales o recortes de vinilo. Esta nueva generación de espacios visuales demanda arte que recubra áreas y superficies nunca usadas, creando experiencias que se perciban como contextos envolventes.
El resumen de la idiosincrasia de mi proceso de trabajo se puede definir como la ruptura de los límites, la apertura a nuevas posibilidades visuales nunca antes contempladas para espacios arquitectónicos e interiores, y la absoluta flexibilidad que ofrece el proceso híbrido digital-físico que he adoptado como fórmula de éxito.